Rita ya tiene 25 años, y es la esperanza de vida que tienen las vacas. Ella encima ha sido explotada y tiene un tumor en la tiroides, que la está consumiendo.
Ella de ánimos está bien, aunque somos conscientes que cualquier día nos dará el gran susto. Se deja mimar y cuidar, sabe que la queremos y somos su familia, por eso la hemos llevado a otro espacio para que esté más tranquila y no tenga que caminar tanto, ya que se ha hecho daño en una de sus manitas.
A Rita la trajimos desde Cantabria porque iba a ser enviada al matadero al ser mayor y no poderse quedar embarazada. Es de una raza que se utiliza para carne, y lo que hacían era que todos los años diera a luz a un bebé, al que le robaban para ser enviado al matadero y ser vendido como carne de ternera.
¿Os imagináis el sufrimiento que ha pasado durante toda su vida? Cada año pariendo y sufriendo al ver como se llevaban a sus hijos, a los que nunca más iba a ver.
Al poco de llegar al Santuario se convirtió en la jefa de todas las vacas y toros, por su carácter, pero pasó una cosa que nos sorprendió mucho, y es que un día comenzó a dejarse acariciar y a abrazar, comenzó a confiar en nosotros.
Rita empieza a confiar:
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