La cabecita que asoma sobre Zuriñe es Amalia. Estas dos chiquitinas nos tienen enamorados. Ver las muestras de cariño que tienen entre ellas y como es su relación, es toda una maravilla. A pesar de que Zuriñe es menor que Amalia, esta última la ha tomado como referente y para ella es como una hermana mayor. Las dos tienen un carácter completamente diferente, mientras Amalia es más tímida y retraída, Zuriñe es un torbellino y muestra su alegría allá por donde va. Debe ser por eso que Amalia la sigue a todas partes y la imita en todo lo que hace.
Ellas tienen la suerte de vivir en el Santuario, no han conocido la explotación ni el miedo a los humanos. No es el caso de millones de terneros como ellas, que desde pequeños son separados de sus madres y cebados para que, cuando crezcan, sean enviados al matadero. ¿Os imagináis ese destino para estos dos bebés? A nosotros nos duele el alma con solo pensarlo. Tenemos que cambiar esta injusticia que hacemos los humanos con los animales y en nuestras manos está el futuro de millones de animales.