Los cerdos siempre han sido utilizados por los humanos para consumo, y nunca ha interesado saber nada de ellos para evitar así tener compasión hacia ellos, y que los humanos no sientan remordimientos por comerlos.
Magdalena lleva seis años en el Santuario, llegó siendo una bebé porque un empresario la compró para que sus empleados jugaran a cazarla, y el que lo consiguiera se la podía llevar para comérsela en navidad.
En Fundación Santuario Gaia los cerdos viven sin ser explotados, en libertad, por lo tanto pueden desarrollarse tal cual son. Los cerdos tienen un lenguaje para expresarse con diferentes sonidos. Nosotros al convivir con ellos cada día, hemos aprendido a interpretar esos sonidos. En este vídeo podéis ver y escuchar como dicen TE QUIERO. Tienen otros sonidos para saludar, que no es el oing oing que todos conocemos, ya que en las granjas el sonido que hacen es de sufrimiento, sonido que en los Santuarios no se escuchan.