Cuando se operó a Samuel, el veterinario nos dijo que las heridas se infectarían, que en todos los casos que había operado a terneros terminan infectándose, que es muy difícil que no ocurra.
Desde que se operó, estamos obsesionados con tener la habitación que le preparamos super limpia, limpiándola durante todo el día y por ahora no se ha infectado. Hoy está más animado que nunca, con muchas ganas de salir, pero aún no podemos dejarlo porque se pondría a correr y eso podría afectarle y hacer que no cicatrizase bien la operación de la hernia. Le hemos hecho una puerta para que pueda ver bien el exterior y esté más entretenido, y hoy disfrutará de una noche preciosa, ya que está el cielo completamente estrellado.
A las ovejas y cabras del Santuario también le hicimos un recinto mucho más pequeño donde ya llevan una semana para poderlas tratar bien del pedero, una infección de las pezuñas. Han mejorado muchísimo gracias a que cada día las hemos cogido una a una para limpiarle cada pezuña y ponerle el tratamiento.
Llevamos una semana con muchísimo trabajo, ya que con tantos enfermos no hemos parado ni 5 minutos, pero todo el esfuerzo está mereciendo la pena. En cualquier explotación hubieran sido enviados al matadero, ya que no es rentable esto que estamos haciendo y muy trabajoso, pero sus vidas valen tanto como la nuestra.
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