Nada más nacer lo apartaron de su madre y lo encerraron en una jaula junto con su hermano gemelo. Eran tan pequeños que ni para el matadero tenían valor alguno. Él tuvo la suerte de ser rescatado por Santuario Gaia, pero a su hermano no nos dejaron y fue enviado al matadero.
Él ha perdido a una madre que sigue explotada, a la que le roban la leche que le pertenece a Samuel, su hijo, y no a los humanos. También ha perdido a un hermano al que le arrebataron la vida.
En el Santuario intentamos darle una vida digna, llena de atenciones, de cuidados, de mimos, de amor, de caricias. Es un bebé que dentro de lo que cabe ha tenido suerte, pero no ocurre así con todos.
¿Quieres salvar a más como él? Pues deja de consumir lácteos, hay alternativas como los yogures, leches y quesos vegetales. Hazlo por Samuel, por su madre y por su hermano…