¿Se puede ser más feliz que Miguelito? Pues viéndolo así de relajado y con esa sonrisa en la cara, creemos que no. Esta es la viva imagen de la felicidad. Por desgracia son muy pocos los cerdos que pueden vivir así. Millones de sus compañeros están hacinados en granjas esperando la hora de ir al matadero. Muchos son bebés como Miguelito, y acabarán en el horno para ser comidos por los humanos. En nuestra manos está cambiar esta realidad y que la imagen de un cerdito disfrutando de su vida no sea tan rara.
Miguelito llegó a Fundación Santuario Gaia hace más de 6 meses. Lo encontraron vagando por el campo, con apenas unos días de vida, deshidratado y con heridas. A parte de sus problemas físicos, creemos que tiene algún problema de desarrollo intelectual. Los primeros días no sabía comer ni beber por sí solo, tampoco sabía acostarse para dormir y se pasaba el día caminando en círculos. Poco a poco ha ido mejorando, seguramente que el vivir con Liam le ha ayudado mucho, ya que imita todo lo que él hace y se han hecho inseparables ❤