Nos encanta esta fotografía porque se puede ver el cariño que hay entre Seina y su hijo Shalom. Seina llegó a Fundación Santuario Gaia hace casi tres años, junto con Manel y Gabriela. Venían de una finca de Sevilla donde los tenían en unas condiciones lamentables, sin agua ni comida y entre cadáveres de otros animales. Por suerte el propietario fue denunciado y se le decomisaron los animales. Seina venía embarazada y a los pocos meses dio a luz a Shalom, el burrito más hermoso que hayamos visto nunca.
Desde entonces todos viven felices en Fundación Santuario Gaia y son inseparables. Forman una familia preciosa y muy unida que hacen todo juntos. Siempre tendemos a pensar que los vínculos familiares son exclusivos de los humanos, pero no es así, los animales no humanos también los tienen y, a veces, más fuertes que los nuestros.