Ya son 45 vacas y toros lo que componen esta gran familia, y como podéis ver, las últimas que llegaron a las cuales no nos podíamos acercar por su agresividad, ya han cambiado.
¿Y por qué eran agresivas? Pues por lo mismo que lo seríamos los humanos, si te tratan mal, si te maltratan, te defiendes, y ellas estaban acostumbradas a tenerse que defender cuando veían a un humano. Por suerte eso ya ha cambiado para ellas y ya viven felices y tranquilas en el Santuario.
Es muy gracioso ver a Zuriñe cuando ve al papi Ismael López Dobarganes, y es que es verlo, y querer jugar con él. Si eso no es amor…
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