Cada mañana, cuando terminan de desayunar y empieza a hacer más calor, los toros, vacas, burros y la yegua Lidia, se van a descansar a la zona que llamamos “la roca mágica”. A esa zona la nombramos así el primer día que estuvimos ahí, porque nos pareció una zona con una energía muy especial, pero como podéis ver, no fuimos los únicos en pensar así, ya que a todos les encanta ese lugar.