Hemos llevado a Daga y a su hijo Itak a otra zona del nuevo terreno del Santuario donde hay mucha hierba, y como podéis ver en el vídeo, estaban muy contentos. Han ido con mucha tranquilidad, pero como era la primera vez que lo cambiábamos de lugar, por seguridad le hemos puesto el cabezal a Itak, pero a Daga no hizo falta porque sabíamos que iba a ir detrás de su hijo, ya que nunca se separa de él.
Ellos fueron utilizados para la monta, algo que la mayoría de la sociedad ve como algo bueno y normal, donde no ven maltrato, aunque en realidad es una forma de dominación a otro ser. Los caballos son obligados a hacer algo que no quieren y que no está en su naturaleza, algo que con el tiempo aceptan tras un largo periodo de dominación al que denominan “la doma”.