El día 6 de noviembre, Brisa y Helena cumplieron tres años de su llegada al Santuario, tres años viviendo a salvo y en libertad. Helena iba a ser enviada al matadero porque tenía problemas de fertilidad, y como no podía tener hijos para ser enviados al matadero como alimento para los humanos, y por lo tanto tampoco producía leche con la que poder hacer quesos, no era rentable.
Brisa estaba ciega de un ojo y tenía problemas para caminar debido a deformaciones en las pezuñas, y aunque estaba embarazada también iba a ser enviada al matadero porque era un problema curarla y preocuparse de ella. A la noche siguiente de llegar al Santuario dio a luz a Diego.
Gracias a dos activistas, Geraldine y Miguel, convencieron al ganadero y pudieron paralizar su envío al matadero y traerlas a Santuario Gaia.