La cara de felicidad que tiene Ismael López Dobarganes al estar con los pequeños, no tiene precio. Y es que nos emociona mucho pensar que el mes pasado se cumplió un año de la llegada de Stefano al Santuario. Tuvo que ser rescatado de una finca en Girona donde los animales estaban abandonados sin agua ni comida, en unas condiciones insalubres y rodeados de basura y cadáveres de otros animales.
Junto a Stefano, rescatamos a la cabra Lana y su hijo Igor, a la oveja Ava y su hijo Eric, a la oca Gala y a la jabalina Anastasia.
Stefano tiene un problema de desarrollo físico y mental. Tiene casi dos años de edad pero apenas ha crecido, y su comportamiento es muy diferente a un ternero de su edad. Tiene incontinencia de orina, por lo que muchas veces se moja cuando está tumbado y tenemos que limpiarlo. Cuando llegó al Santuario casi no podía moverse, ya que tenía atrofiadas sus extremidades, pero mejoró cuando le escayolamos uno de sus brazos.
Un año después, se ha convertido en un ternero feliz, cariñoso y juguetón, y además su movilidad ha mejorado mucho. Siempre será un niño grande al que hay que cuidar, pero eso no es ningún problema, al contrario, nos hace sentir más útiles y nos llena el alma ver lo bien que está junto a nosotros