El día que vimos por primera vez estos terrenos para trasladar el Santuario hasta aquí, bautizamos a esta zona como “la zona de la piedra mágica”. Es una zona preciosa donde entran los rayos de sol entre las ramas de los árboles, moviéndose de manera mágica. Pues es precisamente la zona que más les gusta a los toros, vacas y yeguas para descansar en las horas de más calor. Disfrutad de este vídeo como nosotros lo disfrutamos en persona, queriendo a nuestros rescatados y viéndoles tan felices.