Valentí se derrite con su papi Coque, no se puede decir que no le quiere. El pequeño se nos hace mayor, pero sigue reclamando los mimos de sus papis. Es una inmensa alegría para nosotros poder disfrutar de esta experiencia. Él sufrió mucho cuando fue atropellado y estaba solo y muy malherido, pero enseguida se sintió a salvo y feliz gracias a nuestros cuidados veterinarios y nuestro amor.