A Victoria la rescatamos en diciembre de 2013 porque estaba en estado de abandono atada a un póster en Alicante, porque había sido utilizada toda su vida por un feriante para que los niños montasen en ella, y al hacerse mayor, como ya no servía, pues su vida dejó de tener valor.
El primer invierno pensábamos que iba a morir, porque estuvo todo el tiempo dentro de una caseta tumbada sin poder moverse. Ella llegó con las extremidades atrofiadas al haber estado tanto tiempo atada sin poder moverse, y eso le causaba mucho dolor.
Con el tiempo fue mejorando, pero cuando mejoró del todo fue al poco de mudarnos a Camprodon. Los prados grandes y verdes, el maravilloso sol que suele hacer, y su vida en libertad llena de amor en familia, ha hecho que naciera de nuevo.
Aunque es una abuelita y sabemos que no va a vivir mucho, nos sentimos muy orgullosos de haberle podido cambiar su vida.
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