Esta mañana hemos trasladado a Ramón y a Guillem desde el antiguo santuario en Ogassa al nuevo en Camprodon.
Ellos son los supervivientes de las inundaciones del río Ebro a su paso por Zaragoza, donde murieron ahogados más de 10 mil animales en las granjas, al estar encerrados.
Cuando nos llegó el caso de Ramón y Guillem no los podíamos acoger por falta de espacio, pero como teníamos la esperanza de encontrar un nuevo lugar, habilitamos un pequeño espacio para ellos y así poderlos salvar.
Hoy cuando han llegado lo primero que han hecho ha sido ir tranquilamente observándolo todo, y cuando se han dado cuenta que ese era su nuevo hogar, se han puesto a correr, saltar y a jugar como locos.