Ella llegó al Santuario hace 3 años porque desde hacía dos años fue abandonada estando embarazada. Cuando el cabrito nació y creció, la dejó embarazada de nuevo. Y los cazadores mataron a su hijo.
Cuando nació su nuevo hijo, a los pocos días se lo quitaron para comérselo, y a ella la ataron con un cordón de zapato desde una extremidad delantera a la trasera, en un barranco impidiendo que se pudiera mover. El cordón poco a poco se le fue incrustando en la carne, lo que le provocó una atrofia de la extremidad trasera. Además, al quitarle a su hijo, y no poder amamantarlo, tenía una grave mastitis (inflamación de las mamas).
Mari Carmen ya está recuperada y después de mucho esfuerzo, hemos conseguido que vuelva a caminar con normalidad.“¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?” color=”green”]• Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte Teaming
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