Para que una vaca de leche, como cualquier mamífero primero tiene que parir, así que son embarazadas artificialmente cada año. En cuanto paren, a las pocas horas les arrebatan a sus hijos para encerrarlos apartados de sus madres, y así evitar que se beban la leche que irá destinada al consumo de los humanos.
Si el nacido es macho, será enviado al matadero a la semana, pero si es hembra, se quedará para seguir en la cadena de producción de leche, a la que antes, con pocos días de vida, le arrancarán y quemarán los cuernos, y así ser más fácil su manejo. Las vacas tienen una esperanza de vida de entre 25 y 30 años, pero al ser tan explotadas son enviadas al matadero con 4 o 6 años, ya que es cuando bajan su producción de leche y comienzan a tener problemas de salud por lo desgastadas que quedan.
Las vacas ya llevan antidepresivos incorporados en su alimentación, ya que el vínculo materno que tienen con sus hijos es tan fuerte, que muchas mueren de tristeza. Los ganaderos saben que son animales muy sensibles, y que cuando muere alguna de ellas delante de sus compañeras por algún motivo, se pasan más de un mes yendo cada noche al lugar donde murió para llorar su pérdida.
Si quieres evitar el sufrimiento que padecen las vacas en las granjas lecheras, y evitar que sean enviadas también al matadero, tanto ellas como sus hijos, es muy sencillo, solo tienes que cambiar tu alimentación. Hay alternativas a las leches de origen animal, como las leches vegetales de soja, avena, arroz, almendra y otras muchas.
Ningún animal merece morir por el placer de tu paladar.