Así deberían vivir todas las vacas, junto a sus hijos, pero la realidad es muy distinta.
Mercè (la negra) llegó junto a su madre Núria y otras 8 vacas y toros que fueron abandonados dentro de una nave. No podían ni siquiera tumbarse porque las heces les llegaban a la barriga.
En la industria láctea inseminan artificialmente a las vacas cada año para que tengan un hijo y que así puedan producir leche, porque si no fuera así, no la producirían, como ocurre también con las humanas.
En cuanto nace el bebé se los quitan para que no se beban la leche que va a ser vendida a los humanos, y son encerrados en jaulas apartados de sus madres esperando el momento en el que sean enviados al matadero.
En el Santuario estamos trabajando desde hace unos meses para poder traer a unas vacas que fueron abandonadas, son tres casos de maltrato diferentes, pero la justicia para los animales va muy lenta y estamos muy preocupados por ellas. Esperamos que muy pronto os podamos dar buenas noticias.“¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?” color=”green”]• Por tan solo 1€ al mes puedes hacerte Teaming
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